Tengo la gran fortuna de haber encontrado la persona adecuada para vivir esta experiencia, nada fácil, pero con muchas satisfacciones.
Este tipo de relaciones suelen durar poco puesto que son muy pasionales y la pasión es un impulso muy intenso que lo mismo que aparece como un relámpago que nos ciega, se termina sin que nos demos cuenta, y todo puede quedar en algo descafeinado, que nada tiene que ver con el principio. He leído en algunos artículos y estudios, que la pasión en una pareja dura unos cuatro años. Yo no he tenido las suficientes experiencias personales para saber el tiempo de caducidad, y supongo que habrá mucho factores que lo determinen.
En mi caso, sí que veo una evolución en cuanto a la pasión que me une a mi Dueño, pero yo diría que más bien positiva. Sigue habiendo pasión, más sosegada, pero aún alimentada con algunos episodios que la despiertan. Signos de alerta que siempre hay que tener en cuenta. Se ha ganado en confianza, lo cual lleva su tiempo. La confianza al principio es más una cuestión de fe. Ahora es el resultado de un conocimiento mutuo. Esa confianza me hace además pisar más segura, aún con la inseguridad que me caracteriza. El desasosiego cada vez que había alguna incertidumbre, ha pasado a ser una espera más tranquila, una racionalidad que desde el principio mi Amo me ha intentado inculcar y que gracias a la confianza, he podido alcanzar con cierto éxito.
Tengo la inmensa suerte de poder decir que he alcanzado el nivel de felicidad que buscaba, sin esperarlo, mi Amo apareció en mi vida, y algo sobrenatural me dijo que no podía dejarlo pasar. He luchado por mantener mi relación con Él, que no ha sido nada fácil, muchas dificultades hemos tenido que superar, pero ahora, mirando atrás, no me arrepiento en absoluto. Él me ha hecho crecer como persona, me ha enseñado el camino que me hace feliz y que quiero continuar a Su lado, creciendo para Él y para mi propia satisfacción.
La libertad de poder elegir este tipo de vida, la de la sumisión hacia el Ser que idolatramos, admiramos, deseamos, que nos completa como personas, al que nos entregamos completamente y al que agradecemos inmensamente sus caricias, castigos, atenciones, órdenes...todo, hasta sus miradas reprobatorias, son señal de que nuestro Amo está pendiente de nosotras.
Mi Dueño considera que no es severo, pero sí lo es, y tiene mucha paciencia con esta sumisa que a veces no llega al nivel adecuado. Yo soy muy imperfecta, pero sé cual es el camino que quiero seguir y al lado de mi Maestro llegaré. Quiero ser su creación y que esté orgulloso de mí algún día. De tener una sumisa entregada y que no tenga más voluntad que la de servir a su Dueño. Ahora ya me siento así, pero me queda poder transmitirlo y parecerlo. No es solo lo que yo sienta, también tengo que demostrarlo con mis actos a cada momento.
Este texto ha sido más para mí que para los demás; no sé si a alguien le han podido servir de algo mis palabras. En todo caso, son cosas que me gusta compartir, sacar mi júbilo afuera, y si alguien se encuentra identificado me gustaría poder hablar sobre el tema. Parece que solo podría apasionar hablar de ello a quién lo sienta como yo. Igual que cuando uno tiene un pesar interior y la terapia es sacarlo fuera, mi felicidad es tan grande que desborda. Según mi Amo todo lo desproporciono, pero quizás sea algo intrínseco a las sumisas, y por eso sentimos con tanta intensidad.
Ella estaba sentada en la mesa del escritorio. Llevaba puesto solamente una camisa fina de dormir y unas braguitas negras. Estaba allí tan tranquila con su portátil cuando Él entró, ni se le oyó. Como un león se acercó hacia ella sin ser detectado, y sin más le mordió en el cuello.
- Jajaja - Rió ella felizmente. Él la holió, pasando su nariz por detrás de su oreja y su cuello, como respuesta ella sonrió sin dejar lo que estaba haciendo.
- Te deseo ahora. ¿Me obedecerás o te tomaré a la fuerza? - Le dijo ella serio y sin duda alguna, sabiendo cuál sería su respuesta antes si quiera de ejecutar la pregunta, pues no era más que un puro trámite.
- jajajajajajaja - Volvió a reirse, con fuerza, una larga carcajada...
- Excelente elección.
- Jajajajajjajajajaja - Su risa seguía...
Él vestía uno de sus trajes: camisa fina, americana, chaqueta, pantalones, zapatos, cinturón de cuero. Todo era negro, menos su blanca camisa. Cogió el ordenador portátil que estaba usando ella, lo plegó, y lo guardó en un cajón del escritorio.
- Ehhh aún no me lo quite señor...- Le debatió a Él levantándose de la silla, al hacerlo vió como vestía , recordando cuanto le gustaban sus trajes, y quedando distraída por unas décimas de segundo. Antes de terminar la frase Él ya había metido el electrónico dentro del cajón, y ella quedó frente su rostro viendo como una mano se le ponía en su cuello, no rió.
La tomó por el cuello sin decir nada, con un gesto rápido, con la otra mano la tomó por la cintura y le dió la vuelta, empotrándola contra la mesa. Sin verle la cara, Él ya sabía que ella sonreía de satisfacción.
El pecho de ella estaba contra la mesa, sus manos detrás, a su espalda sus muñecas juntas sujetas por la firme mano que deseaba. Mientras la sujetaba con una mano, con la otra se desabrochaba la corbata con prisa para atarle las manos.
Con las manos de ella atadas y contra la mesa, Él se quitó su cinturón de cuero y, lo dobló entre su mano y le bajó las bragas y se las guardó en un bolsilló del pantalón. "Zaas". "Ah" susurró suavemente ella.
- No contarás. - Le dijo mientras le daba otro azote "Zaas". - Porque no es un castigo, sinó mi deseo. - "Zaas".
Los azotes empezaaron a caeerle encima de su culo de piel suave, el blanco empezo a enrojecer con cada azote. "Ahh" era lo máximo que ella diría.
Cuando el culo estaba bien rojo y caliente, justo como Él quería, su cinturón se detubo, se inclinó acercando su boca al culito rojo.
- Ahhh - Dijo ella cuando le mordió el su adolorido trasero.
- Mucho mejor... - Dijo Él con tono orgulloso, no de si mismo, sinó de ella.
Los dientes se clavaron en la castigada piel, tivaron y soltaron, los labios del Señor se pusieron en la piel, besándole la nalga, abriendo la boca y acariciando las heridas con su lengua.
- Mmm... - distintos placeres se empezaban a mezclar en su cuerpo.
De su americana sacó otra corbata para vendarle los ojos, antes subió a la mesa, delante de ella, su maletín, al verlo ella tragó saliva. Le sacó la corbata de las manos, la guardó y le puso unas esposas manteniendo las manos detrás, eran unas esposas robustas, le quedaron muy apretadas. En el cambio de la corbata por las esposas aprovechó para quitarle el camisón, dejándola completamente desnuda. Una vez amanillada y con los ojos vendados le puso las bragas en la boca. Ella no las escupiría, sabía que si caían usaría cinta americana, algo que detestaba.
La cogió con una mano del pelo y otra del cuello, apartándola del escritorio y la puso estirada en el suelo, apoyó su rodilla en ella, mientras le ató los pies juntos y pasó una cadena de los pies a las manos, dejándola inmóvil e indefensa. La puso de lado y empezó a tirar de su pezón derecho, le encataba, su teta derecha siempre recibía más atenciones, tenía algo que le gustaba mas. La mordisqueó y jugó con su lengua, mientras ella se iba excitando en silencio. Unos minutos después sacó una pinza metálica, de esas fuertes y se la puso en ese pezón. Le dió la vuelta a la sumisa, empezó a pellizcarle el pezón izquierdo, a lamerlo y mordisquearlo mientras con la otra mano tomaba la teta derecha. Su polla estaba dura, pero esperaría un poco más, pues se estaba divirtiendo. Finalmente el pezón izquierdo acabo también con una de esas fastidiosas pinzas. Con sus brazos la acompaño con extrema delicadez a tumbrase boca arriba, estaba colaborando así que sería delicado.
Se apartó de ella y la obserbó, indefensa y tumbada en el suelo, a su merced, ahora mismo le podría hacer lo que Él quisiera...
Empezó a sonar música, de tono oscuro, grave, sin voz, era un tanto tortuosa. Poco después, y sin previo aviso la primera gota de cera roja se le cayó encima de su pecho derecho, y la sucedieron gotas, y más de roja y caliente cera. Le dolía, pero no podía gritar, entonces Él le liberó la vista, se acercó y acariciándola le beso en la mejilla. Le quitó las pinzas y volvió con la cera, gota a gota, mientras un pie se coló entre sus muslos y empezó a jugar con su coño. Cuanto más cera le caía mas cera le caía, más empeño ponía Él masturbandola con su pie. La cera paró de caer y una oja fría, un cuchillo le rozó la piel, separando su piel de la cera, ahora era una rodilla que le frotaba el coño. Distintas sensaciones se mezclaban en ella, lo que mas deseaba era sentirle dentro suyo, que se la follara como más le apeteciera.
Ya sin cera, se sentó al lado de ella, y empezó a masajearle el coño con sus dedos, sin penetrar ni siquiera abrirle los labios, ella ya estaba ardiendo, lista para ser penetrada pero la tortura era tan deliciosa. Finalmente le abrió el coño con sus dedos buscando el húmedo agujero, pero no la penetró solo le lubricó el clítoris, su dedo froto y froto el clítoris y ella se derretía, no paraba, lo giraba, apretaba, lo movia con fuerza...Ella le miraba, quería correrse pero tenía permiso, entoces paró. Se levantó Él, le quitó la cadena y le desató los pies, la hizo moverse y quedarse arrodillada delante de Él. Sacó su polla dura, apresada en el pantalón y la acercó a su boca, ella encantada abrió la boca y la polla entró. La cogió del pelo empezó a mover la cadera, la boca estaba húmeda y caliente, y su polla entraba y salía, la dejaba un rato hasta lo más hondo, la sacaba y la volvía a meter, con fuerza, follándole la boca, cada vez con más fuerza, su polla dura dentro de la boca de la sumisa.
- Ahora toma mi leche perra... - Le dijo mientras la seguía embistiendo, y de su miembro salió el semen a presión, ella se lo tragó todo, contenta, y mojada, que cachonda se había puesto.
Se abrochó los pantalones y la liberó, tenía las muñecas con marcas, adoloridas. Él las beso, la miró y le sonrió, volvió a mirar las muñecas de la sumisa y le dio un buen masaje a cada una.
- Mi señor, le pido permiso para correrme. - Se había quedado mojadísima y le pidió permiso como buena perrita.
- Ni se te ocurra tocarte. Recuerda, si te ríes, no te corres...
Hemos leído muchas veces cuales deberían de ser los comportamientos y actitudes para ser una sumisa. Es más, hay algunas entradas en la red, que hacen una especie de diferencia entre que pautas son las que definen a una buena sumisa y cuales serían las que nunca se deberían de dar.
De todas las paginas que he visitado y leído, hay una que me llamo atención desde el principio y, sobretodo, por uno de sus puntos. El artículo habla de las “Reglas de Oro para una sumisa”, donde la regla 9 cita lo siguiente:
“No tienes derecho a cruzar tu mirada con la de tu AMO a menos que él te lo permita. Permanece con la cabeza baja en señal de obediencia y sumisión.”
Efectivamente, una señal de obediencia y sumisión es permanecer con la mirada baja, a parte de otras pautas más, claro está. Es habitual que sea una de las cosas que se tiene que mantener, si nos ceñimos a protocolos de comportamientos entre un AM@ y su sumis@, pero soy de la opinión que de esa manera se pierde un poco ese toque que lo hace diferente.
No digo que no tenga que ser de ese modo, ni mucho menos, pero si que pienso que en una relación de AM@/sumis@ no se debería de peder la oportunidad de observarse mutuamente a los ojos durante un segundo, ya que es otra forma de obtener cierta información de la persona que tenemos delante de nosotros.
Mirándose se ve las reacciones de la otra persona, se percibe la sorpresa o el asombro ante algo nuevo o que no se ha experimentado hasta el momento, se percibe la lujuria, la pasión, se percibe la ternura, la admiración y la devoción hacia la otra persona, se percibe la ternura, y porque no el amor que se siente.
Hay veces que el simple gesto de cruzar una mirada, es suficiente para entenderse, sin pronunciar una sola sílaba, sin pronunciar una palabra, porque con ese gesto, se dice todo lo que con palabras no podemos decir.
Y aunque suene a tópico, no hay que olvidar que la mirada de una persona son las ventanas de su alma.
Mas allá de la moral, más allá de los sentimientos, donde murieron los héroes, por sus propios demonios. Donde habita la soledad, donde se aprisiona el mas oscuro placer. De allí surge mi revolución, la que va tirando cada ladrillo de mi moral, matando uno a uno los ángeles que habitan en mí. Con un único deseo: encontrarte y hacerte mía.
Hallarte no me dejas, y con cada sombra ilusoria, con cada silueta esfumándose, crece el fuego en mi, el que mueve mi cuerpo cuando caigo, el que me da aliento cuando me quedo sin, el que me da fuerzas para seguir andando. Porque tenerte lo es todo para mi, y para ello debo hallarte. Romper la puerta de cada celda hasta encontrar la tuya.
Cuando te halle mi fuego con fuerza agitará los barrotes de tu celda, de tu jaula, hasta doblarlos. Seguiré el latido de tu corazón para no perderme en laberinto, donde será el Minotauro quien te salve, pues ya no quedan héroes. Sacándote de tu cárcel, del laberinto en el que ni ya recuerdas como entraste, el que ni yo sé como entraré...
El último barrote por mis manos, doblado por la bestia liberada de mi interior. Te sacaré a brazos, siguiendo los agujeros que he hecho al entrar, pero libre no serás, ahora serás mía. Mis manos serán el collar que tu cuello luzca, mis deseos el camino que andarás, mi voluntad la cadena que nuestras almas una. Bestia, dueño, protector, y mucho mas...
Ángel caido (esclava):
En otros tiempos ángel te llamaron,
Joven ninfa, hada de dulce rostro.
Al bajar del cielo las alas te arrancaron
para alimentar su oscuridad sediente de almas,
pero su hambre és mayor y su sed insaciable.
Con cada lágrima, con cada último aliento,
despacio, tu alma fueron vaciando, lento...
Y al terminar, te llenaron de cristales rotos.
Ya no canta el viento, ya no ríe la mar,
los pájaros mudecieron y el río dejó de llorar,
porque no estaba la niña que les hacia brillar.
Mientras, al otro lado del cristal, mujer estatua.
Veo como besan el suelo las rodillas,
que aposentan tus manos vacías, me esperas.
Se que no le sirve cualquier tipo, por eso me esmero en vestirme con el estilo adecuado y llego a ella con esperanza de triunfar.. me recibe alegre y se me entrega pronto, no se hace de rogar..
Sin apenas preliminares se va abriendo a mi..sonríe majestuosa y picara, me saborea y me deja entrar en su cuerpo casi de un golpe. Me siente dentro y se empieza a mover..agita su pecho y acelera su respiración.. cambio el ritmo y se adapta a cada tono..sus caderas suben y bajan a mi compás, trazan círculos,..acelero ..la llevo arriba y mueve sus manos acariciando mis vibraciones en el aire..luego bajo el ritmo y se frena..se queda expectante tratando de anticiparse a mis movimientos..casi protesta..Se que le gusta que juegue con ella, que insinúe y me vuelva atrás, que cambie de partitura de improviso, que la incite y luego pare…
Cuando bajo hasta el silencio me recreo en sus ojos que me miran suplicantes pidiéndomelo todo..más..más..más fuerza, más empuje y floto en torno a cada poro de su piel y siento que no puedo defraudarla..voy lento, adagio, moderato, allegro, vivo, presto… y troppo arremeto con un nuevo ímpetu hacia el final..se retuerce..se estremece, la noto volar, explota, acabamos a la vez y al final luce radiante, entregada y feliz…y lista para que la posea de nuevo..
Así baila ella, así me goza..es mi instrumento favorito..yo cobro una nueva dimensión a través de ella..yo soy La Música.
Socialmente el sadismo no está bien visto, al menos actualmente y de una forma un tanto hipócrita. Eso me ha llevado durante años a reprimirme, disimular, incluso a mentir o hacer el hipócrita en algunas ocasiones (mas de las que hubiera querido) a quedar como un loco o alguien peligroso. Pero veamos mi carita, si tengo cara de ángel, soy un pedazo de pan, pero en un breve instante esa carita se transforma con una larga sonrisa y una profunda mirada cobrando forma de perversión. Que lo provoca? El placer, el placer que obtiene "una parte de mi" cuando la cojo del cuello y estampo contra la pared acariciando so rostro con un cuchillo, viendo el miedo en ello. Placer, cuando a base de azotes le saco un grito, o tirando con fuerza de las pinzas que cuelgan de ella, mil formas hay de convertir esa carita de santo en la que hay en mi perfil (con una sonrisa mas larga aun), como si se unieran la mirada de Annibal Lecter y la sonrisa del Jocker. Y solo basta una cosa, dolor, no cualquier dolor, obviamente si veo gente muriendo por la tele soy el primero en cabrearme; me refiero a aquel dolor excitante. Creo que incluso para mi mismo es aun difícil de contarlo, decirlo o expresarlo. Sencillamente es una respuesta en forma de placer que me da "mi mente", al igual que mi miembro se pone eréctil con un cuerpo femenino de mi agrado, lo hace con el dolor. Sonrío de forma satisfactoria mientras ella tiembla (el causar miedo es una de mis debilidades), me caliento con sus gritos y con su rostro, me orgullezco y "alegro" al revisar las marcas. Pero creo, y me estoy dando cuenta mas a medida que escribo, que aun falta conocer mejor esa parte, conozco bastante bien la dominación, pero este placer, quizás me falte explorarlo mas, e incluso conocer los limites, pues creo que aun estoy lejos.
Al final me doy cuenta que la moral, que mi mente, que mi control frenan ese sadismo, no valoraré si esto es bueno o malo, sencillamente pasa, y seguramente sea por eso que aun no conozco su limite, ni de cerca. Pero, por ejemplo hacer cortes, llegar a hacer sangre, si eso me gustara, me excitara, sería eso bueno de pornerlo en práctica (siempre bajo concenso mutuo)? Yo siempre he dicho que no, con mi propia moral me freno, y al final el control toma mas participación, tanto en las sesiones como en la forma de ver el bdsm... Y con dudas termino este post, quería hablar sobre el placer, mi placer, el que proboca esa temible sonrisa despiadada, y he acabado destapando dilemas. Sin querer encontrarlas, he hallado preguntas.
Mi memoria me trajo a aquellos recuerdos de hace años, cuando era scout (escolta en catalán) y nos encontrábamos ríos de fresca agua en el Pirineo, donde nos bañábamos. Eramos jóvenes, y por lo tanto atolondrados e impacientes, seguramente por eso entrábamos todos corriendo la fresca agua, la cual pasó de cristalina a marrón, normal con tantos pies agitando la agua con la propia tierra del río. Cuando eso pasaba debías esperar quieto un rato a que la tierra se aposentara, volviendo a su sitio, para poder ver de forma clara el agua del río. Entonces, poco a poco, despacio ibas conociendo sus rincones, donde había piedras, la parte más profunda, sus peces, incluso si había alguna culebra. Llegar a conocer completamente el río, cada uno de sus rincones, como crecía durante las llubias, como es reducía durante las sequías, sus afluentes, donde termina y donde empieza... Eso llevaba tan tiempo que era prácticamente imposible, y la mayoría de veces salías del río conociendo solo una chiquitina parte de él, sin llegar a conocer su profundidad. Y creo, que en gran parte eso es lo que sucede conociendo a alguien.
No digo que seamos ríos, no exactamente, sino que conocernos es como conocer al río. Cuando conocemos por primera vez a alguien y decidimos hablar y hablar, y nos gusta y seguimos hablando entramos en el río. Hemos tenido la primera impresión que es el color del agua desde fuera, la temperatura incluso el sabor si la probamos. Luego entramos en ella, pero debemos esperar una vez dentro para poder empezar a ver en su interior. A veces hay personas que llevamos años conociendo y de vez en cuando descubrimos o hacen algo que nos sorprende, y nos damos cuenta que aun no conocemos del todo a esa persona.
En la actualidad, para conocer a mas personas, sobretodo mujeres. Todos sabemos que si vas a un local siempre hay mas hombres que mujeres, y no tengo ningún problema en debatirlo. Entonces para conocer a mujeres del rol deseado y también para aprender, etc. se usán mucho y cada vez más las redes sociales. Donde conocer a alguien es aun más difícil, ya ya no es solo bañarse en el río y esperar que reposen sus aguas, sinó que además se hace con los ojos cerrados Así que cuando conozcáis a alguien, o alguien que lleváis tiempo conociendo os sorprenda acordaos del río. Pero sobretodo, si halláis un río que el sonido de sus aguas corriendo os relaje, sus fresca agua os revitalice, su simple presencia os conforte y además bañarse en él sea todo un placer; cuando esto pase PACIENCIA. No te salgas de él a la primera piedra o culebra, ten paciencia, despacio y poco a poco lo irás conociendo, hasta que un día lo conozcas quizás mejor que él mismo...
P.D.: Todos sabemos que las culebras de río no son venenosas ;)
Se conocieron en un mundo que no existe.
El tiene una subespecialidad, ella no termino el nivel superior. Ambos viven como pueden, lo mejor que pueden y hacen lo que pueden con lo que tienen. El es pequeño burgués clase mediero, en un mundo aparte de la gran masa poblacional, ella vive al día de un trabajo que depende de su madre, el usa traje y corbata, ella botas de caucho y ropas de trabajo.
Encajaron de inmediato de un modo que el mundo que si existe no les permitiría encajar, hicieron un mundo propio y lo acomodaron a sus necesidades, se adaptaron uno al otro. Ella le dio lo que el no tenia en el mundo que si existe, dejo normas y principios de infancia por estar en su vida. El fue para ella todo lo que no tuvo de ningún hombre jamas, ella es su bebe, el es su todo. Ella se permitió volver a ser humana sin miedo al daño, sin necesidad de tener reservas, el la dejo hacer, y le dio lo que mas pudo sin perder su reserva de sensatez.
Hablan tanto como se aman, a veces mas, no hay tema sencillo o complejo que no toquen, su nivel cultural es algo que les permite hablar de tu a tu en muchas cosas. El es medio Europeo, ella es mestiza latina, el es alto, ella baja, el es un hombre, ella es una mujer.
Ella arrastra complejos de infancia que a menudo la meten en problemas, pero el es bueno perdonando y comprendiendo. El la deja sola mas de una vez al año, y ella vaga por el mundo que no existe completamente segura de que el volverá y de que su refugio la espera al final del día donde el la dejo al irse. El le hizo una promesa que casi tres años despues aun cumple, y ella le cree ciegamente lo que le dice.
Ella dejo de lado su búsqueda de una relación en el mundo que si existe por estar con el, sin implementos ni practicas que ama pero que no ama mas que a el. El saco de si mismo el rol que ella necesitaba, y ella le dio lo que no había dado antes.
Ella no quiere morir sin dejar de ser lo que aun es, pero el no quiere arriesgar su seguridad por que ella deje de serlo, así que ambos se conforman con lo que hay, que sin ser palpable es mas que lo que tienen en el mundo que si existe.
Sus peleas sacuden el mundo que no existe, y ella vuelve pidiendo perdón sin pedirlo y el la perdona sin decírselo.
Ellos se aman, y jamas se han tocado.
FUENTE:
https://malenidea.wordpress.com/2012/09/24/mundos-virtuales/