-Ya tengo botas…….
Pues la cosa fue, que regresaba de pasar unos días de vacaciones y estando en Madrid, recordé que en la calle montera, hay una zapatería, de calzado normal, pero que al fondo de la tienda, tenían “botas” de las que me gustan a mi, no había entrado nunca, pero se podían ver desde la calle, me fui para la tienda y entre, y gusto donde las recordaba, seguían estando allí colgadas.
Mire a uno de los dependientes y le hice un gesto para que viniese a atenderme, y me lance, con seguridad pero con cierto nerviosismo:
-Quisiera unas botas de estas, pero para mi.
-¿Qué numero?
-42, pero el problema es el gemelo.
-no te preocupes.
Me trajo los dos modelos que le solicite, uno por debajo de la rodilla y el otro un palmo por encima de la rodilla y le pedí que donde me las podía probar, ya que tenia que quitarme los pantalones y me indico un diminuto probador, con cortina de tela de saco, muy cutre, pero que a mi me pareció el vestidor de cualquiera de las supermodelos del momento, me quite los pantalones y entre latidos de nerviosismo y emoción, intente probarme las mas altas, pero no fue posible, el nº de pie y el muslo, me lo impidieron, con las bajas, igual, me vestí de nuevo y le pedí al dependiente, otro numero mayor, 43 y el, muy previsor, me trajo el 44, repetí la operación y nuevamente el muslo no me permitía culminar la probatura, pero esta vez las bajas si que me fueron bien, con la cremallera un poco justa, pero me pude subir a los 5 centímetros de plataforma y 12 centímetros de taconazo, emocionado y exultante de alegría, me vestí y ya solo me quedaba escoger el color, como podéis ver, fueron negras y 60 € tienen la culpa.
Pase el resto de la mañana en Madrid, tome el tren de regreso a Pamplona y después un bus hasta el pueblo donde resido, ya en casa, con tranquilidad, me las probé de nuevo, con toda la parafernalia y pude confirmar, que la cremallera me estaba muy justa, pero a pesar de ello, pase mas de una hora con ellas puestas y paseándome por casa, sin caerme.
Contacte con un zapatero de Pamplona y después de varias preguntas y enviarle unas fotos de las botas, me confirmo que me lo podía solucionar, espero poder ir a mediados del mes de junio y si la reparación da un buen resultado, me voy a Madrid de nuevo a por mis “Red thigh high boots”
Seguro que para muchas Dominas, este pequeño relato, les parecerá una estupidez, pero me gustaría que sirviera de acicate para fetichistas y Sissy´s para que se animen a entrar en zapaterías y o tiendas donde encontrar todo lo que les gusta. ANIMO.
Tumbada sobre sus piernas me preparaba para uno de sus caprichos… no había castigo alguno pero, le apetecía.
Primera tanda… con la fuerza justa para provocar en mí el efecto deseado… que mi cuerpo reaccionase produciendo una cascada entre mis piernas.
Segunda tanda… aumenta la fuerza y comienza a susurrarme al oído… me dice lo que estoy sintiendo, lo que estoy deseando. Yo le escucho perpleja, pues parece que esté leyendo mis pensamientos…
Comienza a darme mucho más fuerte, me está doliendo mucho y cuando para, vuelve a susurrarme… “ya no te está gustando, verdad? puede más el dolor que el placer, verdad?”… de mi voz sale un ahogado “si Amo”.
Y comienza a hablarme, y de pronto su voz no está en frente de mí, está dentro de mí… y me dice que no voy a sentir el dolor, que solo sentiré placer… y como si de mis propios pensamientos se tratase, mi cuerpo obedece a mi mente y… dejo de sentir dolor.
Sigue azotándome… intercala azotes suaves con azotes fuertes haciéndome perder el poco control que me quedaba… Ya no pienso, él piensa por mí. Mi cuerpo se limita a seguir y hacer real cada palabra que dice, mientras que mi mente solo es capaz de sentir.
Con cada azote, una corriente eléctrica va directamente a mi clítoris, haciendo que me retuerza de placer y él me dirige con su voz, me induce a llegar al clímax.
Ya no siento los azotes, solo siento su voz… su voz dentro de mi cerebro dándome una orden “córrete”. Y mi cuerpo explota en un orgasmo que nace desde el interior… que no provoca nada externo, solo su voz… su voz me ha hecho correrme.
Se puede jugar a esto, no se puede negar.
Se puede ser Dominante o sumisa unas horas, un día, meses o toda una vida. Pero quienes lo sentimos en nuestra esencia vivimos serlo como nuestro verdadero yo, es nuestra realidad, nuestra identidad.
Tenemos momentos sociales, necesarios sin duda y que también nos enriquecen como personas. Momentos en los que quizá tengamos que actuar de una forma diferente a la que nos gusta en nuestra intimidad BDSM, pero que no alteran para nada el sentimiento de ser poseído o dueño de alguien a quien adoramos o sometemos.
En mi caso no juego a ser sumisa, lo soy, adoro a mi Señor, no juego a adorarlo.
Saludos
Los calabozos se iluminan con la luz titilante de las antorchas, las miradas buscan entre la luz y la sombra y le veo. Y me ve. Sus ojos me recorren,salvajes, felinos, distingo en ellos el deseo, el amor, el autocontrol. Le gustaría atraparme contra la pared, morderme, obedecer Sus instintos, pero no, permanece quieto, me tortura con todo aquello que Su rostro refleja. Me desarma, sin tocarme aun. Me ata a Su ser, sin cuerdas ni cadenas, Me domina, sin emitir un solo sonido. Su sola presencia llena el espacio, me doblega.Las llamas aparecen bajo Su escrutadora mirada, el calor traspasa mi piel, la sangre fluye enloquecida por mis venas, acerando el corazón, acallando la mente. No lo ha pedido pero mis rodillas se doblan y caigo al suelo, la cabeza gacha, las manos en los muslos, las palmas hacia arriba, entregada, sumisa. La mirada serena clavada en el suelo, el alma abierta.
Posa Su mano sobre mi cabeza, Sus largos dedos aprisionan los mechones y tira de ellos. Me entretengo observando la profundidad de su deseo.
La orden subliminal de Su mirada es suficiente.
Nada más existe, todo desaparece y,en este momento, mi mundo es Él.
No ha dicho una sola palabra, no es necesario, ambos lo sabemos, es solo mío, soy solo Suya.
roxanne.
Hace unos meses mi Amo tuvo la oportunidad de cederme.
Cuando me hice su sumisa fue uno de mis límites… no permitiría que me cediera. Pensaba que si un Amo era capaz de cederte era porque no le importabas. Que para él eras un simple objeto sin valor.
Pero ahora era su esclava, y una esclava no tiene límites… y, eso suena muy bonito en el papel, pero los límites hay que superarlos y… cuesta, y algunos mucho.
El caso es que me lo comentó y yo estuve un par de días dándole vueltas a la cabeza. Por un lado mi entrega a él era mucho mayor y quería hacer todo lo que me pidiera pero, por otro lado, me agobiaba muchísimo, y no por el durante de la cesión, sino por el después.
Mi entrega pudo más que mi miedo y le dije que si él quería, lo haría.
Entonces él me dijo que no, que no estaba preparada para ello. Que sabía que lo haría por él pero que le importaba más las consecuencias que pudiera producirme. Que ya llegaría el momento en el que sí que estaría preparada para dar ese paso.
Y tenía razón…
Y hoy lo haría sin dudarlo, porque poco a poco he ido comprendiéndolo. Porque he aprendido a valorar sus decisiones, porque sé que jamás haría nada que pudiera hacerme daño, porque sé que solo sería un paso más en nuestra evolución como Amo y esclava.
Es curioso pero, estos últimos meses, no había caído en lo que había evolucionado. Estaba tan pendiente de él, tan centrada en el día a día, que no me había dado cuenta de lo que estaba ocurriendo por el camino. Y ahora que soy consciente de ello, empiezo a comprender muchas cosas porque, mi punto de vista ha cambiado.
Y ésa es la verdadera evolución de una esclava… llegar a pensar como una auténtica esclava. No vale con asumir y aceptar órdenes porque si… hay que sentir que, con cada paso que das, con cada orden que cumples, te estás haciendo mejor esclava.
por ahí he leído que toda confianza empieza con la fe, fe en que podrás confiar. .. con el conocimiento esa fe se transforma en confianza si todo va bien.
pero como transformar fe en realidad si sabes que no tienes información suficiente o esa información no es verdadera. ..
te dicen que debes aceptar al Dom tal y como es, luchar por ser todo lo que desea y necesita, pero...y que hay de ti? .
es fácil olvidarte de ti misma cuando tu máximo deseo es complacer y hacer Feliz a otro. ..Tan fácil que aveces no te das cuenta de que nadie se preocupa de hacerte feliz a ti. ..así que cuidado con la entrega, que no nos nuble el sentido y nos haga olvidar que lo primero somos nosotras mismas.
aquí como en la vida, nadie te querrá y te cuidará si no lo haces tu misma.
Entro de puntillas, con el sigilo propio de una gata... Casi acompasada por el sonido de la lenta música de fondo. Las velas tintinean con la luz justa para verme, y ahí estoy, reflejada en el enorme espejo... En medio de la penumbra no me siento como a plena luz, casi siento ser otra, o quizás en ese instante sea mi yo más real.
No tardo demasiado en desnudarme, aun haciéndolo lentamente, dejo pronto mi piel expuesta, ante el suave reflejo del fuego de cada vela. Observo mi mirada en el espejo, se que estoy desnuda, pero no miro... no me atrevo aún.
Petrificada, parezco intentar traspasar mi propia mirada en el espejo, quizás para poder dislumbrar mi interior, ese que aún no termino de comprender. O tal vez para intentar transformar mi mirada en la Suya.. quiero poder ver con Sus ojos, deseo saber que siente Su mente... aunque se que no puedo.
Es entonces cuando envuelta en la vergüenza de sentirme observada, y a la vez el descaro de desearlo... que recorro todo mi cuerpo con la mirada. Me giro, me inclino. Mostrada, expuesta, analizando cada centímetro de mi piel como si jamás lo hubiese visto.
Tras acercar una silla frente al espejo, me siento, casi a cámara lenta... Por un segundo me veo cuerpo de niña, incluso cierto miedo e inocencia en mi faz. Hasta clavar de nuevo los ojos en la mirada profunda del espejo, y transformo nuevamente mi expresión... me exhibo, retorciéndome en movimientos para explorarme al completo, no quiero ocultar ni un rincón de mi piel... nada!
Siento la imperiosa y repentina necesidad de tocarme, observarme parece ya no ser suficiente... Comenzando por acariciar mi cuello, mis pechos, mis brazos, mis caderas, mis piernas... Recorro cada pequeño rinconcito de mi piel, sin poder dejar de hacerlo. Noto la suavidad, el calor, casi siento más en mis palmas que en mi propio cuerpo... y ni siquiera se porque.
A pesar de la poca luz puede apreciarse el tono claro de mi piel. Esas pequeñas piernas que se cruzan para acariciarse entre sí, que entreabro timidamente, para mostrar la oscuridad oculta que percibo brillar en el espejo. Mis manos suben y bajan, jugando con la suave curva de la cintura, cuando llegan a mis caderas clavo mis uñas en la carne, y de nuevo me observo, casi hipnotizada.
Me acerco más al espejo, arrodillándome en el suelo, el piercing del ombligo crea pequeños destellos con cada movimiento. Abro las rodillas todo cuanto puedo, y al apoyar las manos en el suelo miro el leve balanceo de mis pechos, pálidos, pequeños. Los pezones color caramelo son como un adorno que corona la cima de blanca piel...
Mientras continuo a cuatro patas voy girando lentamente, hasta dejar mis nalgas abiertas frente al espejo... Quizás sea el momento que más avergonzada me siento, y tras cerrar los ojos unos instantes y respirar lentamente, me obligo a bajar la mirada entre mis pechos. Y abriendo aún mas mis piernas me observo, postrada y abierta, expuesta y ofrecida. Los pechos suben y bajan al compás de la agitada respiración, el sexo más rosado que nunca, deslumbra de incontrolable humedad.
Un calor repentino inunda mi cara, y los nervios bajan más allá de mi ombligo... No me observo yo, me observa ÉL.
Cierro los ojos y recuerdo su quietud, recuerdo como sus labios temblaban en un movimiento casi imperceptible, parece que puedo tocarlos con mis manos, aún noto su aliento contenido en esa tensa espera antes del contacto, un leve roce con la yema de los dedos y una respuesta con una leve abertura de la boca, me acerco a ellos, voy besando y mordiendo cada trocito , ella no puede responder, y lo sabe, solo tiene que sentir como se posan mis labios en los suyos.... cada roce, cada pequeño mordisco, cada gota de saliva que la recorre provoca que su piel se erice y las descargas de placer se suceden... los labios se enrojecen, tiemblan cada vez mas, estarse quieta es mas difícil a cada segundo, parece un beso eterno donde solo hay un deseo.... sus labios.
Abro los ojos, es solo un recuerdo, pero mis labios saben a sus labios....