Veo a mi alrededor mucha gente sola, tratando de salir de ese vacío. Personas, hombres y mujeres, con ganas de sentir, anhelando encontrar quien les complemente, buscando, esperando.
Este me resulta en muchas ocasiones un mundo lleno de solitarios, de buscadores de ideales y de sueños imposibles (o quizá posibles, ¿por qué no?), lleno de melancolías e incluso en algunos casos, tristeza.
Esta búsqueda constante nos mantiene alertas, activos, atentos, nos da satisfacciones en alguna ocasión y, en otras, sólo decepciones, cansancio y agotamiento. Encontrar lo que en nuestra mente se ha forjado como un ideal, algo perfecto y que hemos creado nosotros mismos antes de saber siquiera si existe realmente, suele ser complicado.
“Yo no busco, yo encuentro” es una frase también habitual. La he oído muchas veces. En mi opinión, es lo mismo, sólo que quitándole importancia y tratando de marcar una diferencia y parecer distante. Si encontramos es porque estamos en el mismo sendero…pasando por él de una forma u otra, pero en el mismo. Porque si no, simplemente nuestro sendero sería otro y no este.
Así pues, vamos generando un mecanismo de prueba-error, de intereses momentáneos, encuentros esporádicos e ilusiones de unos días que parecen un sinsentido que no nos lleva a ninguna parte, pero sinceramente, creo que nos ayuda mucho. Ayuda a que nos conozcamos a nosotros mismos, nos sorprendamos, aprendamos a valorar, a diferenciar, a conocer lo realmente importante de los otros y de nuestro interior, a entender lo que podemos dar y lo que no, lo que queremos recibir y lo que no, a poner de vez en cuando los pies sobre la tierra y, en definitiva, a aceptar la realidad.
Conocer a alguien, querer avanzar y descubrir que no somos lo que esas personas esperaban de nosotros o ellos no son lo que nosotros esperábamos, no es fracasar, no es ser rechazado, no debería ser un drama, ni debería costar tanto decirlo y aceptarlo cuando, simplemente son cosas que pasan…porque así es la vida!.
Todo puede aportarnos algo, todo suma, todo enseña…son pequeñas lecciones que nos harán lo que queda del camino más fácil. E incluso puede que esas personas se queden con nosotros y nos acompañen. No como pensábamos o queríamos que lo hicieran… pero a nuestro lado. Y si eso ocurre, creo que ha valido la pena el intento y que ya hemos ganado. (Guiño a mi amarillo!!)
Lo que tenga que llegar a nuestra vida llegará, de una forma u otra. Puede que no sea lo que habíamos soñado, nuestro ideal inicial, pero nos dará lo que necesitamos y nos hará sentir completos. Porque, a veces, lo que creemos necesitar no es lo que realmente necesitamos.
Como dijo Janis Joplin…
"No entiendo por qué medio mundo sigue llorando, cuando el otro medio sigue llorando también. No me cuadra. A ver: estás con un tío un día... Y, claro, a lo mejor quieres estar con él un año...Pues, ¿sabes que te digo? Que más vale que ese único día sea toda tu vida... Porque, puedes ponerte a llorar por los otros trescientos sesenta y cuatro, pero, entonces, perderás ese único día”
Suerte a tod@s!