Julia era una mujer independiente a la que le gustaba estar siempre innovando, le encantaba iniciar nuevos proyectos ya que era una manera de enriquecer una parte necesaria para ella.. el Arte y además llenaba ciertas carencias
Se acababa de unir a una banda ya que tocaba un instrumento. Una de sus grandes pasiones era la de componer pero esta vez llevaba un largo tiempo algo estancada así que como último recurso decidió echar un vistazo en Internet a ver si veía algo que lograse llamar su atención, encender de nuevo la llama pero tras varias semanas de incesante búsqueda se sentía desanimada así que para distraerse un poco decidió entrar a una página la cuál un buen amigo le había recomendado.
Cuando entró se quedó algo perpleja, todas aquellas imágenes que aparecían en la página inicial... en la que mujeres sometidas, atadas, amordazadas, azotadas, castigadas... se postraban con tanto placer frente a aquellos hombres... Ante sus ojos no eran unos hombres cualquiera...... No
Tenía una ligera idea pero no entendía muy bien de que iba todo aquello, las siglas que encabezaban aquella página BDSM... unas siglas que jamás antes había escuchado, leído pero observaba las imágenes y una enorme excitación recorría todo su cuerpo hasta humedecerla de forma increíble
De pronto una ventanita se abrió y en ella ponía...
Señor D. .. y decía.. Buenas noches señorita julia, que tal está? Mi nombre es Señor D., observo que es nueva en esta página... a lo que ella respondió... Buenas noches Señor D. bien gracias y sí, lo soy... Él siguió preguntando... Y... que es lo que busca en este lugar srta.?... Nada concreto Señor D., simplemente un buen amigo me la recomendó aunque no quiso informarme sobre su contenido... Él siguió... Quiere que le explique de que va?... Si Señor D., sería un placer que despejase mis dudas... Muy bien.. Esta página es el reflejo de un mundo de Dominación, sumisión, Masoquísmo y Sadomasoquísmo, un mundo interior el cual muchos de los mortales poseemos, guardamos en lo más profundo de nuestro ser.
De pronto se hizo el silencio... Se asustó srta. julia?... No Señor D. (no era miedo ese silencio sino excitación lo que en ella había provocado)
Deseaba preguntar, una gran curiosidad habia despertado en ella... Y... que puede ofrecerme este mundo Señor D.? Placeres nunca antes estoy seguro tan siquiera había imaginado srta.
Esas palabras la humedecieron enormemente.
A medida que la conversación iba avanzando no podía evitar que su curiosidad, la excitación siguiesen aumentando.
Transcurrieron largas noches de conversaciones en las que cada vez eran más profundas, más intensas.
Todos los días Julia deseaba que avanzaran las horas, se hicieran las 23´00h., hora en la que ella entraba y... allí estaba Él, el Señor D., parecía que supiese que iba a hacer acto de presencia y eso le gustaba, la excitaba en gran manera.
Quería más, deseaba saber tanto de ese misterioso mundo como de Él. Se le veía un hombre experto (sabía bien de lo que hablaba), maduro, con una gran coherencia en Sus palabras, respetuoso y tremendamente misterioso.
Las noches frente a esa pantalla se seguían sucediendo hasta que llegaron las confidencias, los secretos, deseos ocultos jamás antes revelados, escondidos en lo más profundo..
A Él le encantaba que Julia, una mujer tan aparentemente reservada empezase a compartir ciertos secretos y ella cada vez se sentía más cómoda, agusto, le encantaba conversar con ese hombre sin rostro el cual humedecía sus noches.
Hasta que un buen día ella tenía que viajar con su banda, iban a Georgia y Él residía en Atlanta (EE.UU) así que acordaron verse. Ella cogería un tren y Él la estaría esperando en la Estación de Peachtree.
Eran las 20´00h. y por fín habia llegado a ese lugar el cual tantas veces habia imaginado. Tras un viaje lleno de emociones, mil pensamientos se amontonaban en su mente...
Deseaba tanto ver a ese hombre cuyo rostro hasta el momento desconocía... Lo reconocería por una pulsera de cuero que llevaría en Su muñeca izquierda en la que dos letras, iniciales visibles resaltaban C.D. (Carpe Diem)
Los minutos pasaban y ella observaba a todo aquél que creía podría asemejarse al Señor D. pero no lograba ver el detalle, imprescindible detalle. Pasó una hora y media y recordó que en una de sus últimas charlas el Señor D. le habia revelado una dirección, así que buscó el papel donde la habia anotado y guardado (de manera previsora) y se dirigió a coger un taxi.
Eran casi las 22´00h. y acababa de salir mucha gente de la Estación con lo que le iba a resultar difícil encontrar un taxi libre así que decidió caminar cargada con todas sus cosas hasta encontrar otro más adelante, pero no fue así.
De repente se percató de que un vehículo la seguía y empezó a asustarse y pensó... Genial, me encuentro en un país en el que no conozco a nadie.. y ahora un loco me persigue, estupendo.
Aceleró su paso y tras ella el vehículo, hasta que llegó a una esquina y giró, casi sin mirar siguió andando, deprisa, asustada hasta darse cuenta de que estaba en un callejón sin salida.
La oscuridad que en el había hizo que su corazón se acelerase, lo sentía bombear fuerte, deprisa, casi podía sentir como iba a salirsele del pecho.
El vehículo giró la esquina y lentamente se fue aproximando, iluminandola con sus enormes faros hasta quedar frente a ella.
Ahora si estaba asustada de verdad.
Escuchó como la puerta se abría, Sus pasos se aproximaban. Su rostro quedaba cubierto, invisible tras una capucha, le ordenó que se girase a lo que ella respondió de manera afirmativa debido al miedo que la poseía. Él se acercó muy lentamente a su cuello y descubrió Su rostro... un escalofrío recorrió todo su cuerpo. Se sentía frágil, indefensa ante aquel quizás perturbado desconocido.
Comenzó a rozar su oído y le dijo... Ahora estás a mi entera disposición, puedo hacer contigo lo que quiera....
Siente el miedo... la excitación.... mi preciosa Julia...
Su coño se empapó al escuchar Su voz
El Muro