Después de dos semanas sin verle, estaba nerviosa como siempre, y a medida que iba conduciendo de camino a su casa empecé a notar como mi entre pierna se mojaba, sin saber lo que me esperaba... Llegué y él estaba ahí, esperándome...
Subimos a su casa y yo me quedé en la entrada como habíamos acordado anteriormente, empezó a desnudarme lentamente y con delicadeza, primero la camiseta, el sujetador, mientras se deleitaba y suspiraba con mi cuerpo, tocándolo de esa manera que solo él sabe hacer, tiene unas manos tan poderosas... Me quité mis zapatillas y me quitó los calcetines y seguidamente mis pantalones y tanga, cuando iba a dejarlas sobre el sofá, preguntándome si eran de hoy, contesté que si (me había duchado antes de ir a verle), se las llevó a la cara y las olió diciendo que ya olían a coño.
Me llevó al sofá y preparo nuestro "ritual" de dos vasos de agua y una botella, bebí el agua rápido y empezamos a besarnos, nuestros besos cargados de pasión, atracción y sensualidad, rápidos, húmedos y cerdos, mientras empezaba a agarrarme del cuello y a dificultar mis capacidades de buena besadora. Poco después me puso de pie, dándole la espalda, y viéndome en el espejo que hay en frente. No paraba de sobarme como hace siempre y repetirme como le gusta mi cuerpo, se levantó y se fue a la cocina de donde trajo un rotulador y me escribió PUTA en la frente, diciéndome que es lo que era, y que tenía que estar visible...
Me lanzó sobre el sofá con desprecio y empezó a comerme mi sexo, tan delicadamente, tan gustosamente, que empezaba a alterarme... Combinaba su lengua y su mano, mientras con la otra me agarraba las tetas. Volvió a marcharse, y a su regreso me puso boca abajo en el sofá, trayendo con él un antifaz con el cual me vendó los ojos, no entendía muy bien de que iba el juego ya que era la primera vez que lo hacía, empezó a comer mi culo, aun virgen, tan deliciosamente como lo hizo la primera vez, después se fue y trajo con el mi plug actual, rosa transparente, que su última bola es matadora, vamos preparando mi culo poco a poco, quiero que sea él quien lo abra y lo disfrute como nadie, por la paciencia que tiene con él...
Una vez ya con el plug metido, puso una mordaza de O en mi boca, también nueva para mi, y boca arriba, sin ver, sin saber que pasaba, empecé a oír su respiración, lo cachondo que le estaba poniendo verme así, a su gusto, puso su polla sobre mi boca y me dejó saborearla una vez nada más. Seguidamente, me levantó del sofá y me llevó al suelo, donde comencé a chupar y comer su polla, tan rica, tan grande, tan mía... Después de unas cuantas arcadas y babas de por medio, me tiró al suelo boca arriba y comenzó a pisar mi cuello, sensación nueva para mi, y me puso el pie en la boca exigiéndome que le chupara los dedos, gustosa lo hice, saboreando otra parte nueva de él... Luego me colocó la cabeza sobre una silla, sin saber lo que pasaba, que quería hacerme, hasta que empezó a azotar mi culo, empezó suave, pero poco duraría, con su mano, empezó a pegarme más y más, pero esta vez lo hizo por debajo de mis nalgas, y mis piernas, me dolía, pero quería aguantar, me movía inevitablemente ya que era una nueva zona para mi, y decidió atarme las muñecas a las patas de la silla, y mis pies juntos por mis tobillos, jamás me habían sujetado así, y me sentía tan caliente, que no podía parar de imaginar, lo preciosa que estaría si pudiera verme, continuó pegándome, no recuerdo cuánto tiempo, pero recuerdo que acabé exhausta, puso un cinturón gordo a mi cuello y tirando de el, me hizo andar a cuatro patas hasta su habitación, donde me colocó un cojín para las rodillas y comencé a chupar su pene de nuevo, me vuelve loca...
Me tiró a la cama con desprecio nuevamente, el que me merezco y el que tanto me gusta, y ató mis muñequeras y tobilleras a unos soportes nuevos en su cama, me ardía el culo y las piernas, pero no podía quejarme ya que lo que estaba sintiendo, superaba con creces esa molestia... Comenzó a follarme a su manera y yo tan muerta del placer recibiéndole...
Esa noche, al llegar a mi casa, me sentía muy extraña, muchas cosas de las que había experimentado eran nuevas para mi, y encantada de ello, me pasé media hora observando sus marcas en mi piel...
Te quiero, gracias por todo lo que me das.
Siempre a tus pies.
El Muro