a veces las cosas más importantes se manifiestan de la forma más sencilla. estamos tan acostumbrados a ver en los medios escenas espectaculares que nos creemos que la realidad es así, que hay música de orquesta y un coro cantando cuando nos declaramos o que los cielos se abren y Se desencadenan rayos cuando nos enfadamos, pero no es así. la realidad es mucho más "aburrida" y aparentemente menos intensa. las cosas más importantes pueden tener desencadenantes muy sencillos. en el proceso de entrenamiento del sujeto ha pasado en muchas ocasiones y las ha relatado en el blog: cuando se probó una jaula de castidad por primera vez, cuando perdió la conciencia aquel verano delante del Dueño en el que perdió por primera vez el control de su mente y algunas cosas más.
hoy será recordado posiblemente como un día más en ese sentido. todos los lectores son testigos de las últimas novedades en la vida del objeto. está siendo un final de año de cambios, muy positivos por cierto, y el Dueño se ha dado cuenta. pues hoy estaba el objeto hablando con un familiar sobre una situación que está en su entorno y la conversación llegó a uno de los temas más sensibles para el objeto, uno que, en cierta medida marcó su infancia y lo tiene guardado, lo tenía guardado hasta que tomó conciencia de él. entonces hoy se lo dijo a ese familiar y la respuesta fue abrumadora "Eso no fue así o al menos yo no me acuerdo". fue una frase muy sencilla pero que golpeó al objeto como pocas que recuerde. algunos dirían que el objeto tuvo una revelación, otros que una hierofanía. pero fue un momento de intensa lucidez. todo el mundo vive el mundo que quiere vivir, olvidando lo que quiere olvidar. la realidad no existe, es lo que hacemos con ella. en el fondo todo es perspectiva, punto de vista.
en aquel momento el objeto, que estaba fuera de casa comprando en mercado, cayó en cuenta de algo sencillo pero abrumador: la realidad no existe, todo depende de lo que digamos que es o no es, de lo que queramos creer. y en aquel preciso instante el objeto supo que quien construye su realidad es el Dueño. que Él es quien debe decidir qué es todo, qué existe para el objeto y qué no.
cuando llegó a casa puso esta revelación bajo las botas del Dueño. el conoce esa experiencia que, hasta ese momento, podría haberse denominado traumática, y comprendió la dimensión de lo que había ocurrido. entonces comenzó a encajar todas las piezas, a mostrar al objeto la realidad que había permanecido oculta para el objeto, que irónicamente era que la realidad no existe como tal. y a medida que iba hablando el Dueño una profunda paz y una profunda tranquilidad inundó al objeto. realmente nada importaba, salvo las órdenes del Dueño. todo daba igual, salvo lo que dijera el Dueño. a partir de ahora el Dueño sería quien dijera en qué realidad vivía el objeto. fue como si cayera la última barrera, fruto más bien de la ignorancia que de la voluntad de resiste el Poder del Dueño. el objeto nunca se había sentido tan indefenso, ni tan feliz, ni tan en paz.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega
El Muro