Dentro de mis relaciones vainilla, siempre busqué algo diferente, excitante y que colmara mi necesidad de sentirme feliz. Siempre me preocupó la satisfacción de mi pareja, antes que la mía, pero no de manera egoísta y siempre terminaba con vagos intentos de obediencia mal comprendida y dominación (mal interpretada o impartida). En mi corazón siempre me he sentido "Sumisa" más nunca pude explorarlo correctamente, porque no comprendía, todo lo que encierra.
Ahora pienso que nunca es tarde. Exploraré y liberaré este hermoso estilo de vida, donde podré hacer feliz a alguien más, con mi entera entrega y mi muy, poco aceptada, devoción.
El Muro